Armand Behar

Armand Behar, nació en Francia en 1963; es un artista que desde principios de los años 2000, se consagra a la realización de una única y misma obra: Histoire d'une représentation. Cada una de las obras que desgrana en sus exposiciones se constituye, siguiendo esta óptica, como un indicio por anticipación de este panorama imaginario. Así, a través de los diferentes formatos que atraviesa, esa narración prospectiva cuestiona las condiciones de aparición de la obra así como el estatus que le confieren los diversos contextos en los que está abocada a inscribirse en el tiempo. La primera entrega de esta obra sin fin se declina en órbita de una estructura, el "Centre de transfert", como una plataforma activa de producción de obras de arte. Desde el 2008, Armand Behar declina en una segunda entrega, las imágenes de un universo imaginario donde los paisajes y configuraciones convocan, bajo el artificio de la prospectiva, temáticas contemporáneas: esas que enervan cotidianamente las relaciones que filtran y a veces distorsionan las percepciones de la realidad, de la imagen y de la creencia colectiva.

Exposiciones: Ce qui suit dévoile des moments clés de l’intrigue, Galerie Aperto-Montpellier, 2010; La main qui dessinait toute seule, Galerie Magda Danysz-Shanghai, 2009; Au milieu de ces paysages artificiels, seul les restes d’un monde industriel sont bien réels, Centre Culturel Saintex-Reims, 2009.



Historia de una anticipación :

Entrevista entre Nadia Barrientos y Armand Behar



Nadia Barrientos: Hace una década que te dedicas a la realización de una única obra que has llamado Histoire d'une représentation y que desbasta las venas de un mundo imaginario. Entre las líneas de una ficción que se acerca al género de la anticipación, sacas a la luz y a través de las piezas que produces y expones, los vestigios de una civilización fantaseada y supuestamente desaparecida. No obstante las problemáticas que esta pone en juego se revelan no tan alejadas de las que nos ocupan en nuestra sociedad actual. ¿Se puede hablar de obra de arte total?

Armand Behar: Lo que me interesa dentro de este trabajo es cuestionar esta noción de totalidad, de unidad en el marco de la narración. Espero que quien vea mi trabajo tienda a cuestionarse acerca de los límites espaciales y temporales de la narración. Así va a intentar acotar la totalidad de la historia contada y por extensión, de la sociedad imaginaria a la que me refiero. Por sus formatos respectivos, el libro o la película garantizan una unidad de base. Nos encontramos en una sala de cine o llevamos un libro en la mano. Y aunque se trate de proyectos específicos que se despliegan en el tiempo (como lo son una serie o una tele-novela) el espectador sabe donde tiene que regresar para ver la continuación. En Histoire d'une représentation el espectador esta confrontado a las preguntas ¿ónde? y ¿cuándo?. La narración tiene el potencial de desarrollarse en lugares muy distintos y en momentos diferentes.
Tarde o temprano el espectador acabará por venir a verme para pedirme una carta, un póster, una playlist, un sumario...algo que pueda permitirle situarse. Al comienzo del proyecto, establecí un protocolo estético que despliego en el tiempo y además no he fijado ningún limite temporal a mi acción. Se trata de un mundo persistente. El horizonte global aparecerá lógicamente al final del proyecto, es decir al final de mi propia existencia.
Pero decidí crear un dispositivo de narración para responder a tal expectativa. El principio es simple: cada dos o tres años voy a reunir algunas piezas ya realizadas y voy a pedirle a un crítico de arte, un comisario de exposición, un filósofo, sociólogo, antropólogo...participar en la redacción de una obra en la que éste tratará de imaginar basándose en los indicios ya existentes, los contornos del mundo al que hago referencia. Así, a lo largo de las exposiciones, el espectador podrá consultar estos archivos.
Lo que me impulsa es: ¿como contar una historia? Es una cuestión que tiene que ver con el lenguaje. Mi narración consiste en crear una red de formas que se compone de esculturas, instalaciones, películas, fotografías...a fin de darle cuerpo a esta historia. Inventar un lenguaje plástico para contar una historia, ahí esta la apuesta. Cosas como los materiales, los colores, los tamaños pero también la manera de situar mi trabajo dentro del espacio de exposición, de integrar al espectador o no, etc. están estrechamente vinculadas con el objeto de mi narración: la historia de una sociedad imaginaria obsesionada con el deseo de convertir el mundo en una representación, de vivir en una imagen.
Hoy en día, mis diferentes exposiciones han permitid a los visitantes saber que este mundo se divide en dos partes: hay gente abajo y gente arriba. Los que viven abajo se mueven por pasillos y miran pantallas que vigilan el paisaje de una península que se sitúa arriba. Una península que acoge una gran variedad de naturalezas: polar, desértica, volcánica, exótica...Y allí la población se comporta como si de marionetas electrónicas se tratase. Para subir de una planta a la otra, tienen que matricularse en teatros que forman a la profesión de actor y ello para conseguir transformarse en marioneta y facilitar de este modo la integración en el mundo de imágenes que representa la península en cuestión.
En el centro de mi narración, se encuentra este paisaje, esta península...Pero no del todo. La isla es una unidad, se puede acariciar su totalidad. La península tiene una brecha, una línea de huída, un istmo que la sigue uniendo a la tierra. Pero si esta península es un simulacro, su apertura entonces es pura ilusión. La cuestión de la creencia en la imagen es otro de los aspectos importantes de este trabajo.

Nadia Barrientos: Las obras que produces y que desgranas a lo largo de las exposiciones participan en la lectura de Histoire d'une représentation pero siempre de forma parcial; aparecen como se&ntigle;ales, como fragmentos que solo una lectura global (que el acabar la historia permitiría) conseguiría reunir los unos con los otros para así descifrar el sentido. Me imagino que el final de la historia no forma parte de tus perspectivas y que su desarrollo, potencialmente infinito, es lo que te sirve paradójicamente como pretexto para continuar con la narración. Más allá de la frustración aparente que puede causarnos la confrontación con trozos desgajados de una unidad inaccesible, encuentro ecos con los prismas de lectura que nos proporciona la arqueología. ¿Nos podrías decir más?

ArmandBehar: En la primera obra, La Déconvolution d'Euler que hemos escrito juntos, aparece la cuestión arqueológica. Esta cuestión que tu implementaste en nuestro diálogo me ha hecho volver al origen de mi proyecto: Histoire d'une représentation. La cuestión de la representación dentro de como se escribe la historia me apasionaba en aquel tiempo. Me interesaba en los trabajos de Paul Ricœur y a la adaptación de sus reflexiones en el campo de la historia del arte. También me gustaba imaginar que el artista que produce una obra a lo largo de su vida escribe una historia del arte a su escala...la historia de una representación. Lo que hace de la historia del arte una disciplina apasionante es que, desde sus dos extremos, desde la prehistoria hasta lo contemporáneo, todo puede cambiar en cualquier momento. Basta con un descubrimiento arqueológico: un trozo de pared, un utensilio, un rollo de pergamino...Estos objetos nos informan acerca de sociedades desaparecidas...Operan como se&ntigle;ales. La sociedad a la que me refiero en mi trabajo no ha desaparecido. Si existe es que es la nuestra.

Inicio